Del anarquismo de izquierda al desarrollo de prácticas comunitarias

El capitalismo como sistema imposibilita al ser humano de desarrollar todo su potencial, debido a que se le condiciona a gastar su energía únicamente en provecho del interés económico, reduciendo sus capacidades en términos de producción y consumo, en donde se subvalora el trabajo en la medida de que las jerarquías sociales impiden el cambio en sus estructuras, debido a la tecnocracia que valoriza el empleo a partir de la titulación universitaria excluyente y de la competencia internacional inequitativa. En este contexto se olvida el resto de ámbitos que forman la experiencia humana como lo es las emociones, la espiritualidad u otras formas de conciencia del cuerpo y la naturaleza. Es en esta medida que se presenta la autogestión y el apoyo mutuo en las comunidades como una forma de salirse de esta cadena productiva de autómatas que no ven más allá de su ombligo, a través de experiencias concretas que proponen alternativas para la re-educación de seres humanos autónomos y solidarios con sus congéneres y con el medio ambiente, vinculando propuestas anti hegemónicas con lo pragmático de estas actividades de autogestión comunitaria, develando un nuevo proyecto de sujeto político, mientras se desvanece el estigma del anarquismo caótico y se retroalimenta y amplía la visión para entenderlo como una propuesta ética y política, que da respuesta a como estas nuevas formas de organización social logran salir adelante sin imposiciones ni jerarquías, generando una ruptura con el modelo de desarrollo planteado por el neoliberalismo.Politólogo (a)Pregrad